SECOND LIFE

Decidí entonces encontrar por mi cuenta aquel ideal ejercitando el pensamiento. Elucubré así mi “teoría del hombre fértil”, que cuestionó el exceso y consecuente inutilidad de excremento humano, que crece en proporciones geométricas e inunda el bello mundo de mierda, que en algún momento fertilizó el suelo. Así, el hombre primitivo, con un palo en la mano, caminaba por el mundo en busca de alimento. Obtenía de un árbol una manzana, y luego, alejado ya de aquél, hacía en la tierra un hoyo con su palo, depositando allí su excremento. Éste fertilizaba la tierra y permitía a las semillas contenidas en él convertirse en un nuevo manzanero. Pasados los años, el hombre volvía por allí, comía otra manzana del árbol del que fue condición fundamental, y luego moría cumpliendo la misma función fertilizadora. Era así un perfecto engranaje de la naturaleza.
Adscripto a esta teoría, me afilié a Greenpeace, marché a favor del aborto y apoyé la eutanasia, el control de natalidad, la guerra y la muerte violenta. Había que reducir (sino exterminar) al ser humano, que se había apropiado de la naturaleza sin derecho.
Duró poco mi convicción. Luego me planteé cuestiones más profundas. Antes de la aparición del hombre apareció la vida. Un primer ser unicelular fue consciente de su evolución, de su identidad, y en la necesidad de sobrevivir como ente “vida” (no como célula) integró en su ser los instintos de supervivencia y procreación. El hombre sería, luego, agente de estos instintos, funcional a la supervivencia de dicho ente, como parte de él. Ahora bien: ¿con qué derecho la vida se apropia de la Tierra?. Vislumbré la imagen del moho sobre la roca y se desvaneció el ideal Vida como motivo de la lucha. Adherí entonces a la contaminación y la destrucción no sólo del ser humano, sino ya de la naturaleza toda, aunque ya sin demasiada convicción.
Pero mi pensamiento fue más allá. Me remonté a aquel momento en que por aquella explosión denominada Big Bang, el ser fue imponiéndose sobre la nada. Me pregunté ¿con qué derecho?. Me convertí en nihilista. A esta altura de mis especulaciones la intervención era imposible, por ende se perdió la idea de lucha, que fue aquella por la que empecé a teorizar.
Volví entonces al punto de partida. Retomé la teoría primigenia, pues consideré que soy un ser humano al fin y debo ser coherente con mi condición. Debía volverse al estado primitivo, que en fin no sería más que comer, defecar y procrear. Entendí que la utopía era aburrida, y mi lucha se planteó entonces contra ella, y contra el aburrimiento mismo. Los hombres, artífices de guerras, contaminación, genocidios, VIH, hambre, religión, clases sociales, naciones y otras miserias, como también el lenguaje, la escritura, la música, la rueda, el teatro, el dinero, la lámpara eléctrica, la máquina de vapor, el cine, los automóviles, la computadora, no hacen otra cosa que luchar contra el aburrimiento, aunque adopten públicamente otras posturas.

Es lo que hace, desde hace algunos años, con Second Life, que irrumpió allá por el 2003 en el ciberespacio. Este mundo virtual con más de un millón de usuarios en ochenta países, parece ser otro paso más hacia la consolidación de la Matrix. Se vive así una vida paralela, idílica, en un nuevo mundo de casi infinitas posibilidades, donde ya no existen leyes tan incómodas como la de gravedad. Es el camino de la verdadera libertad y en un futuro próximo, seguramente, la inmortalidad. Estoy seguro de ello y adopto ahora la virtualidad como bandera, y la defenderé a muerte en la lucha contra el aburrimiento.Mañana quizá cambie de opinión.
6 comentarios:
Se me ocurrio comentar el raro hecho de que nadie comentó esta nota... por que será, son vagos, media pila muchachos, esta buenisima, la "teoría de la caca" te llevará a una filosofía de vida,
Seras tan humilde, que te llenaras de orgullo y sobervia
Seras tan creyente que no lo podras creer!!
Para romper con la racha de la falta de comentarios, aquí viene e mio!... en realidad no estoy de acuerdo con la teoría de la caca... qué pasa cuando como un asado? cagó, lo entierro y crece un árbol de terneritos???...mmm... no vá... no se regenera el ciclo... aunque pensandolo bien de mi inodoro están saliendo unas hojitas que dicen muuuu... en fin... con la "mierda" se second life tampoco estoy de acuerdo, estamos cagando la vida real y ahora está creciendo la virtual... una "bosta" este ciclo evolutivo... no en serio... sorry por lo que juegan ahí pero me parece que son retardados, mejor que se dediquen hacer de su vida real algo como lo gente!... perdón si alguien se ofende... oops, sorry, me tengo que ir mi tamagotchi quiere jugar conmigo!
JAJA, tamagochis... siguen existiendo?
me parece que la cambiaron... ya no la llaman la teoría de la caca... "del hombre fertil", suena mas de "Etiqueta", mas formal...pero siguie siendo la misma mierda... jaja
ta bueno...
Paula Z:
Tenés razón.
Me hiciste cambiar de opinión. Pero yo ya no soy el yo que la nota escribió.
Tenés razón.
Tendré que elucubrar nuevas teorías que me refuten.
Ardua será la tarea.
Tenés razón....
Suena muy aburrido, abandono esta lucha
¡GANASTE HIJA DE PUCHA!
Sorry Ramiro, me siento una asesina! te cagué el sentido de la vida!... pero no te preocupes, ahora lo entierro para que te crezca uno nuevo :)
... Viste Ptri? se rompió la racha! ahora con este ya son 5 comentarios! pasó de ser el menos comentado al ser el n° del Top!!!... vamos! La unión hace la fuerza!... ahora propondría el desafío de unirse a la causa del "mensaje perdido" y postear hasta llevar este artículo a los más altos niveles! jajaja... ¿me pregunto si habra gente al pedo como para hacerlo???... en fin, con este mensaje acabo de confirmar el "alpedismo" de mi propia vida... pero bueno... no se puede ir contra la inmunidad del pedo... pero mejor a este tema lo sigo en el otro artículo ;)
Es muy fanático de los números. Por ahí no escribo para no darle el gusto, pero a veces debo.
La argumentación pro absurdo es simplemente una crítica a la demencia del perenne dogmatismo axiomático. Quiero decir, el sistema de valores reinante es tan estúpido como cualquier otro. Cuando no nos conviene, deberíamos cambiarlo. Pero siempre habrá alguien a quien le conviene conservar. Yo, simplemente, abogo desde mi humilde posición por lo que creo que debe cambiar. Diría Nietzsche: ¡Transmutación de valores iá, la puta madre que los parió!
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